miércoles, 28 de diciembre de 2016

Bitácora de lectura:
Haddon, M. (2004) El curioso incidente del perro a medianoche. España: Ediciones Salamandra.

            “El curioso incidente del perro a medianoche” de Mark Haddon, es un libro de carácter realista cuya particularidad recae en el narrador protagonista, Christopher Boone, un adolescente de 15 años con trastorno de Asperger, que tras encontrar muerto al perro de su vecina y ser culpado injustamente por ella, decide dilucidar quién fue el asesino, al más puro estilo de Sherlock Holmes, y escribir un libro para contarlo.
            En el trascurso del libro, el relato cambia totalmente de rumbo, por lo que es un libro lleno de sorpresas y particularidades. Comienza, a primera vista, siendo una narración  sobre el asesinato de un perro, no obstante, a lo largo del libro, la muerte del perro adquiere un carácter más bien secundario, pues lo que realmente importa no es el asesinato de la mascota de su vecina, sino todo lo que suscita el descubrimiento del verdadero asesino.
A causa de lo anterior, la narración termina siendo una emocionante historia sobre la vida de Christopher Boone, lleno de sorpresas, que, sin duda alguna, nos ayuda a entender lo que pasa por la mente de un adolescente que mira la vida desde una perspectiva muy diferente, puesto que por una instante leemos el mundo de un joven con trastorno de Asperger, nos involucramos con su historia y sentimos lo que él siente.
             “El curioso incidente del perro a medianoche”, es un paso a la inclusión desde dos perspectivas: la primera, desde la perspectiva de la inserción de libros con diversidad temática, como alternativa a los libros clásicos o canónicos; y, la segunda, desde la perspectiva de la inclusión, propiamente tal, de personas que presentan alguna discapacidad, ya que como plantea el protagonista del libro todos tenemos capacidades diferentes o necesidades especiales, por lo que referirse en esos términos no sería apropiado, desde su punto de vista, lo cual comparto.
            Dentro de la primera perspectiva, surge una de las características más llamativas de esta obra literaria, como lo es la ausencia de personajes y situaciones estereotipados, propias de esos conjuntos de libros, tras la inclusión de nuevas temáticas que ponen de relieve aspectos que durante mucho tiempo habían sido marginados de la literatura, ampliando el espectro de lo literario y proporcionando una experiencia diferente ante el hecho literario.
Como ya mencioné con anterioridad, lo novedoso recae en el personaje protagonista, Christopher, quien proporciona un vuelco en la literatura ya que integra esta nueva visión, que Manuel Peña en su artículo “Corrientes actuales de la literatura infantil” da a conocer ampliamente, pues planteada la necesidad de que en un mundo que ha cambiado y cambiará se integren nuevos temas a la literatura que den cuenta de las realidades de la sociedad actual, en que los niños y adolescentes puedan identificarse más allá de personajes estereotipados y ya manoseados, que no representa las diferencias existentes entre las personas que habitan este amplio mundo.
Por esta razón, creo que el libro merece una lectura, debido a que rompe con los esquemas prestablecidos en la literatura canónica, en torno a los protagonistas de los libros, que por lo general, son adultos, hombres, valientes y heroícos. Poniendo en la palestra a un joven con alma de niño, inocente, puro, amante de las matemáticas y la física, que sueña con ser astronauta, muy esquematizado, que odia los colores café y amarillo, el contacto físico y no le gusta sociabilizar, y su mejor compañía es una rata.
De esta manera, se incluyen la discapacidad dentro de la literatura, y junto con eso, cambia el concepto de familia tradicional implantado en la literatura, de papá, mamá, hijos, y apuesta por una familia que muchos denominarían “disfuncional”, puesto que Christopher vive solamente con su padre por circunstancias que, al leer el libro, resultan muy reveladoras.
La segunda perspectiva, ligada estrechamente a esta nueva temática que busca abordar la literatura infantil y juvenil es el desarrollo de una consciencia inclusiva por parte de quienes conformamos la sociedad, ya que muchas veces las personas se limitan a observar con extrañeza las conductas de quienes presentan estos trastornos del espectro autista y los juzga por  su manera de proceder, porque nunca han convivido con personas que poseen esta discapacidad y por lo tanto, desconocen sus y características, juzgándolos, burlándose, rechazándolos, antes de comprenderlos y ponerse en su lugar.
 Leer este libro, es una buena instancia para entender qué es lo que pasa por la mente de las personas quienes padecen este trastorno, y al entenderlos, podemos comprender su manera de actuar, y nos enseñará cómo tratar de mejor manera con aquellas personas que presentan dificultades para llevar a cabo relaciones sociales  pues, muchas veces actuamos de manera invasiva lo que provoca un rechazo inmediato en aquellas personas que no presentan las mismas habilidades para relacionarse socialmente, pero sí otras en las que destacan.
Se trata, en palabras de Michéle Petit, de “Leer el mundo”, compartir experiencias y ponerse por un instante en el lugar del otro. A lo que a mí respecta, el libro me proporcionó una experiencia realmente enriquecedora porque tuve la oportunidad de conocer lo que piensan y cómo piensan las personas con trastorno de Aspergerm mediante el sorprendente relato de Christopher Boone.
En un mundo en que las diferencias son consideradas como algo negativo, el libro refleja que el mundo no sabe tratar con niños/jóvenes con trastorno Asperger. La sociedad individualista juzga, antes de comprender a las personas, ya que no nos hemos puesto en el lugar de aquel individuo que padece este trastorno,  por lo que no entendemos la manera que ellos tienen de concebir el mundo, y la reprochamos.
Lo anterior se evidencia a lo largo del libro, en el que el personaje principal tiene que experimentar una transformación, para poder adaptarse a una sociedad que no reconoce la diferencia. Christopher, pasa de ser un joven encerrado en su burbuja, lleno de miedos y precauciones, a ser un joven que rompe esta burbuja, enfrenta sus mayores temores y sale al mundo que, con toda razón, le parece aterrador.
La necesidad de integrar este tipo de libros, que a su vez, incluyan los nuevos temas, se hace cada vez más imperante. Si queremos dejar de lado la enseñanza de la literatura y posicionar la educación  literaria en Chile, no podemos limitarnos a designar lecturas a los estudiantes, a partir de la lista que proponen los Programas de Estudio, hay que hacer un trabajo arduo que implique conocer las características, motivaciones e intereses de los estudiantes, ampliar la gama de lecturas, otorgarle un papel activo al estudiante y, por sobre todo, conversar sobre lo que leemos.
Suena insistente, y, pese a que no es la finalidad de la lectura moralizar o enseñar, sino más bien disfrutar, abrir espacios para reflexionar sobre lo que leemos y conocer estos nuevos mundos, no será excluyente al goce estético, sino complementario a este, porque a medida que entendemos lo que leemos y compartimos nuestras experiencias, podremos disfrutar del placer de la lectura.
Estas dos perspectivas de la inclusión que expongo a raíz de la lectura de “El curioso incidente del perro a medianoche” de Mark Haddon, son perspectivas que poco a poco se han ido posicionando en la actualidad. Más allá del ámbito educativo, en el ámbito social queda mucho por hacer en el ámbito de la inclusión.
Es necesario romper los estigmas, a veces bien fundados, de que somos una sociedad individualista. Hay que darse el tiempo de “leer” al otro, de conocerlo, de compartir, más allá de reprochar, ya que en miras de hacer de este mundo uno mejor, es fundamental tener un concepto de comunidad, unión, fraternidad.





            
Bitácora de lectura:
Collins, S. (2012)  Los juegos del hambre.  Barcelona: RBA

Los juegos del hambre: Un acercamiento a la paraliteratura.
“Los juegos del hambre” de Suzanne Collins, forma parte del primer libro de los cuatro que componen la exitosa saga de fantasía escrita por la autora, la cual ha llegado al cine causando gran repercusión en sus telespectadores. En mi caso, llegué al libro porque me entusiasmaron las películas que actuaron como rebufo de los libros en cuestión, las cuales presentan a mi juicio una temática novedosa de índole político-social de una forma muy particular, la ironía.
El primer libro de esta saga de Collins de por sí llama la atención en los adolescentes, esto se puede atribuir a las características paraliterarias que posee “Los juegos del hambre” las cuales son expuestas por Gemma Lluch en su artículo “Literatura infantil y juvenil y otras narrativas periféricas” en el caracteriza al lector adolescente como un ente consumista de libros paraliterarios por los mecanismos de adicción que estos poseen.
Bajo esta perspectiva, “Los juegos del hambre” forma parte de estas narrativas periféricas que son consumidas con alevosía por los jóvenes que buscan nuevas experiencias y las encuentran de manera rápida y efectiva, ya que presenta una de las características paraliterarias que se traducen en mecanismos de adicción más representativos de este tipo de obras, como lo es la transformación del relato del libro en una marca.
Diversos adolescentes buscan conseguir los libros de la saga que componen “Los juegos del hambre”, han visto todas las películas –imitando en muchas oportunidades el peinado característico de la protagonista de la película y de la narradora del libro: una trenza, y comprando cuanto producto esté ligado al libro: mochilas, carcasas, libretas, chapas, entre otros, que se pueden considerar como rebufos del relato en cuestión que buscan aumentar la experiencia proporcionada más allá del libro. El rebufo más significativo han sido las películas que acompañan al libro, pues el libro se presenta como una primera experiencia -  ya que primero se produce este estreno – que la película viene a complementar.
Además de los rebufos, la portada del libro suele ser muy llamativa para los jóvenes: el símbolo de un sin sajo envuelto en llamas, que tras la lectura de la saga completa adquiere gran sentido. Junto con esto, el lenguaje utilizado es simple por lo que el estilo pasa a un segundo plano, esto con lleva a una lectura rápida acompañada de un deseo de querer terminar un libro para empezar el otro.
A raíz de esto, es posible establecer que el libro no necesita de mediación ya que los estudiantes por las características de “Los juegos del hambre” llegan a él por cuenta propia. De esta forma, podrían surgir varias preguntas tales como: ¿a qué se deberá el éxito tanto del libro como de la película?, ¿difiere mucho la película del libro?, ¿se podrá educar literariamente, en las unidades educativas, mediante este tipo de libros?
En primera instancia, el éxito del libro y de la película, podría derivar de la temática que se aborda en estos textos – entendiendo texto en su sentido más amplio – la cual forma parte de estos nuevos temas infantiles y juveniles que se interesan por los gustos de los niños y adolescentes mediante temáticas actuales.
El libro trata sobre las injusticias sociales y la represión política que viven los habitantes de doce distritos subordinados al Capitolio, que representa la elite de este país ficticio en el que reina la desigualdad. Todo esto, bajo la mirada de un narradora protagonista, Katniss Everdeen, una aguerrida y luchadora mujer del distrito doce que va en contra de todo lo establecido.
El centro del libro está en esta mujer valiente y heroica y su actuación revolucionaria en lo que el libro denomina Los Juegos del Hambre, instancia que se da una vez al año, donde 24 tributos elegidos al azar, un hombre y una mujer de cada distrito desde los 12 hasta los 18 años, se enfrentan a muerte en un campo de batalla creado y manejado por el Capitolio. Dichos enfrentamientos son filmados y transmitidos para todos los distritos con el fin de recordarles a los ciudadanos que están subordinados al poder del Capitolio.
Katniss, desde el principio del libro, se muestra como una adolescente que rompe con los esquemas establecidos por el Capitolio, ya que tras la muerte de su padre, ha debido ser el sustento de su particular familia compuesta por su madre y hermana, por lo que por años se ha dedicado a la caza ilegal, junto con su amigo Gale, como escape a la pobreza que ataca a la mayoría de los distritos, donde las personas mueren de hambre y de frío.
La tónica de esta mujer subversiva se da a lo largo de todo el libro, puesto que Katniss para proteger a su hermana Prim de Los Juegos, se ofrece como voluntaria para participar de ellos, produciendo la descolocación de todos los presentes. En esta oportunidad, nuevamente rompe con lo establecido, ya que nadie, excepto las personas del Distrito 1, quienes desean participar en Los Juegos del Hambre en busca de honor, se ofrece como voluntario tributo, porque saben las pocas posibilidades que se tienen de sobrevivir.
            En un acto sumamente heroico y valiente, Katniss ingresa a Los Juegos del Hambre, junto a su compañero de distrito Peeta, y se sumerge en este show televisivo que entrega el Capitolio a cuesta de las muertes de 23 persona – esto representa una sátira y a su vez una crítica, ante lo que ocurre en la sociedad actual, donde el Estado a través de los canales de televisión desvían la atención de las problemáticas reales, por medio de la transmisión de programas de televisión basura que mantienen entretenidos a los ciudadanos, como lo que ocurre en el libro-.  De esta forma, la chica en llamas, como fue denominada tras la presentación en público ante el capitolio con su compañero Peeta, por el despampanante traje que lucía – no olvidemos que esto, como ya mencioné es un espectáculo -  comienza a hacer historia desde el primer día. Progresivamente, mediante su astucia, agilidad, inteligencia, rapidez y habilidad, logra ingresar en la mente de los telespectadores del Capitolio y brindarles un espectáculo digno de admirar con el fin de intentar sobrevivir.
            Desde su ingreso a Los Juegos, Katniss junto a Peeta no han hecho más que destacar. Peeta, a pesar de todo pronóstico, confiesa su amor por Katniss lo que hace que el público y todo el Capitolio se descoloque, pues, a pesar de que sean del mismo distrito, son rivales y pese a esa rivalidad, ellos se muestran como un equipo, rompiendo, en cierto modo, con el propósito que tiene el Capitolio para estos Juegos, lograr que los ciudadanos se mantengan divididos ya que de esta manera son más fáciles de dominar.
            El amor es un eje que se da paralelamente a la lucha individual por sobrevivir. Y es, justamente, el amor, dentro del libro lo que provoca la mayor de las revoluciones cometidas por Katniss Everdeen, ya que en dos episodios del libro  marca un gran precedente.
            Uno de los episodios es cuando se agrupa con una pequeña de 12 años del Distrito 11 que le recordaba a su hermana para poder sobrevivir, no obstante, la niña muere en manos de un joven de otro distrito y Katniss en un acto de amor y rebelión, acompaña a la chica en su muerte, cantándole y rodeándola de flores. Lo anterior, era algo nunca antes visto, que provocó la unión entre los Distritos 11 y 12, y la posterior rebelión del Distrito 11.
            El otro de los episodios, se gatilla a partir de esta estrategia de amantes trágicos sentida por Peeta quien en realidad la amaba, y seguida por Katniss,  quien pensaba que lo anterior no era más que una metodología para sobrevivir, tras el término de Los juegos del hambre, se da cuenta que lo sentido por Peeta era real, allí experimenta una confusión entre su compañero de caza y su compañero en Los Juegos.
El plano amoroso dentro del libro surge con mayor énfasis cuando el animador de Los Juegos del Hambre, dice que pueden haber dos ganadores, siempre y cuando sean del mismo Distrito, así es como Katniss se alía con Peeta, y logran llegar hasta el final de Los Juegos, en los que se le dice que se revoca la regla anterior y solo habrá un ganador. En esta instancia Katniss toma unas bayas mortales por su veneno y le propone a Peeta, al más puro estilo de Romeo y Julieta, comerlas, lo que significaría que por primera vez no habría ganador de Los Juegos, y no sé podría seguir con el espectáculo afuera. Cuando están a punto de hacerlo, el animador interrumpe y los declara a ambos como ganadores.
            La idea de Katniss Everdeen, fue la revolución de Los Juegos del Hambre, por primera vez, dos tributos habían vencido al Capitolio lo que tuvo como resultado el inicio de una revolución que estalla por completo en los próximos libros.
Lo que llama la atención del relato anterior es que, a diferencia de las temáticas preponderantes en otros libros como los clásicos, se presenta una temática muy actual y divergente. La mujer no se presenta como alguien delicada, femenina, en espera de un príncipe azul, sino como heroína. Es Katniss quien salva la vida de Peeta, y si este libro, hubiese sido como otros, Katniss, no hubiese sido más que la mujer que ama un hombre, y Peeta, el hombre que rescata a esta bella mujer.
En segunda instancia, se podría decir que el libro difiere de la película solamente porque amplía los hechos ocurridos, los cuenta con más detalles y solo deja entre ver la mirada de la protagonista. No obstante, el carácter descriptivo del libro nos lleva a imaginar a tal punto de sentir que estamos viendo una película, lo cual es una de las técnicas utilizadas en la paraliteratura propiamente tal. A pesar de ello, como primer acercamiento, la película sobre Los Juegos del Hambre, podría ser de gran ayuda, ya que al leer el libro se establece un diálogo entre ambos textos, que lleva a una compresión más acabada y mejor.
En tercera instancia y final, la paraliteratura, de la que forma parte este libro Collins, es propicio de trabajar en miras de la instauración de una  la educación literaria en Chile, pues, si nos remitimos a los post anteriores, la necesidad de la selección de los libros por los estudiantes, es una buena manera de despertar el interés en los estudiantes y motivarlos a leer.
No obstante, es necesario que además de integrar en algunas oportunidades este tipo de libro, la literatura como tal, ya que la paraliteratura debe significiar un primer acercamiento a la literatura y a medida que los estudiantes experimenten un gozo por leer, irán desarrollándose como lectores competentes, capaces de discernir entre un libro de literatura y un libro paraliterario, y optar, esperemos, por uno de carácter literario que amplíe su modo de pensar, reflexionar y leer el mundo.


 Lo anterior, es se traduce en una forma efectiva de abrir el camino hacia una cultura de la cooperación, en la que los estudiantes sean entes activos en la construcción de una sociedad crítica, justa e inclusiva, en la que la lectura juegue un rol protagónico gracias al proporción de diversas experiencias en la que podamos mirar la vida con los ojos de otros.

Bitácora de lectura:
Petit, M. (2015) Leer el mundo. Experiencias actuales de transmisión cultural.  Argentina: Fondo de Cultura Económica.

Leer el mundo: Hacia una cultura de la cooperación.

Al “Leer el mundo” de Michéle Petit, nos sumergimos en su mundo, en su pedacito de realidad, en su forma de concebir la lectura como un viaje a un universo desconocido que nos amplía nuestro horizonte cultural, de manera tal que, tras leer su pedacito de mundo, el verbo leer se transforma, es más que una acción, es más que decodificar palabras, es un estilo de vida, una manera de comprender el mundo y comprenderse así mismo.
“Leer el mundo: Hacia una cultura de la cooperación”, como he decidido titular esta bitácora de lectura, por pensar los libros como una fuente de transmisión cultural, en su sentido más amplio, busca compartir mi experiencia con la lectura de Petit, para que ustedes, al leerme, puedan contribuirme con un poco de su experiencia, comentando o criticando este concepto de lectura inagotable que se presenta a ustedes a través de mí, y que se presentó ante mí a través de esta gran escritora francesa.
Queda de manifiesto que al leer nos adueñamos de diversas experiencias, sentimientos y emociones, nos identificamos con nuevas culturas, conocemos diversas ideologías y nos hacemos parte de un mundo, que por un instante, nos pertenece en su totalidad. Petit, mediante su libro, abre una invitación hacia una cultura de la cooperación, la cual se puede lograr cambiando la idea de lectura impregnada en la sociedad, esa idea que establece que la relación entre lector y libro es unidireccional.
Lo que hace Petit en “Leer el mundo” es, en pocas palabras, concebir el libro como un ente abierto, y, por ende, la relación entre lector y libro cambia, es una relación bidireccional que permite el diálogo entre lector(es), libro(s), sentimientos, emociones y experiencias de vida. De esta forma, el lector adquiere un papel activo, lee y se siente partícipe de algo nuevo, conoce una nueva cultura y la hace parte de él, y a su vez, es capaz de compartirla con otros que, resistentes sentir el placer de la lectura, se niegan a caer en la magia que esta puede ser capaz de proporcionarles. 
Muchos dicen, y se desaniman al decirlo, que la sociedad moderna ya no deja espacio para el desarrollo de un placer por la lectura. En un mundo donde la vida cada vez es más agitada, donde la tecnología reina sobre súbditos de lo instantáneo, donde las personas viven para trabajar, y no trabajan para vivir, donde los números importan más que las cualidades, se hace inconcebible leer un libro, pues se considera una pérdida de tiempo. De esta forma, la lectura más valorada es la de carácter utilitario, donde la persona lee de manera automática para replicar la información que allí se encuentra.
Por este motivo, en las escuelas – lugar que debiere ser el reino de la transmisión cultural y ayudar a pavimentar el camino hacia una cultura cooperativa -  la lectura se trabaja con fines puramente utilitarios, dejando de lado el placer que provoca leer y el conocimiento de mundo que la lectura nos proporciona.
 En Chile, y hablo con algo de propiedad, pues he tenido la oportunidad de observar diversas realidad educativas, la lectura es un eje de lenguaje y comunicación más bien olvidado. La lectura se trabaja de manera aislada, ya sea por medio de la designación de un libro mensual que es evaluado para posteriormente obtener una calificación, ya sea con el manoseado plan lector de los quince minutos de lectura, donde muchas veces se restringen los libros a leer, o, simplemente, no se lee.
            Con lo anterior, queda de manifiesto que en las unidades educativas chilenas, tal como ocurre en los establecimientos educativos en Francia, y otros países a los que Michéle Petit hace referencia en su libro, prima una enseñanza de la literatura, en las que leer por el simple placer que provoca hacerlo, no existe por ser algo no cuantificable.
En miras de una educación literaria, en la que prime el placer de la lectura y el goce estético, la escuela no debiese buscar formar lectores de manera imperativa, sino invitar a los estudiantes a involucrarse en el maravilloso universo del leer.
Además de esta invitación, es sumamente necesario, crear espacios de lectura en que los estudiantes tengan un rol activo, lean y compartan sus experiencias de lectura, para así formar redes de lectores, que hagan mucho más enriquecedora la práctica de leer. Para esto, una muy buena metodología sería emplear el enfoque “Dime” de Chambers, que se abordó en el post anterior.
Michéle Petit, nos habla de la experiencia de la lectura como si fuera una constelación, esto es, “la idea de que no existen astros aislados, de que somos parte de un conjunto” (Petit, M. p. 36). He ahí la importancia de formar estas redes de lectores y dar las instancias a los estudiantes de compartir sus experiencias de lectura, como lo plantea el enfoque para la conversación literaria comunitaria, “Dime”.
De esta forma, será posible apreciar la construcción de mundo que suscita el leer diversos libros, puesto que se dará paso a una transmisión cultural y hacia una cultura cooperativa, ya que los libros y la lectura, sin duda alguna, establecen un punto de unión entre personas que pueden estar a millones de kilómetros unas de otras, y pueden hacer más evidente, las relaciones culturales existentes entre aquellos que pertenecen a una misma cultura.
 He ahí la magia que proporciona la lectura, que alberga diversas personas, por muy distintas que sean, bajo un mismo techo: el libro. Michéle Petit, dice: “Un libro es una suerte de choza que se puede llevar consigo, se lo abre, uno se desliza en él, se puede volver a él […]” (p. 50). Por lo tanto, leer es, y debiese ser, mucho más que una utilidad social, y convertirse en una exigencia vital, debido a que leer es irse a otros mundos que desconocemos, si comprendemos lo que leemos, comprenderemos, en gran parte, lo que vivimos nosotros y lo que viven los demás.
            Es así, como junto a la educación literaria, se hace cada vez más incipiente una educación sentimental, la cual puede ser posible si dejamos a un lado la enseñanza de la literatura. Esto podría ser posible si ponemos en la palestra los sentimientos, la reflexión y la crítica que emergen tras la lectura, y dejamos de lado los aspectos conceptuales y funcionales, propios de la enseñanza de la literatura, los cuales, como mencioné anteriormente, son fomentados y demandados por la sociedad actual, que no permite la educación de sentimientos, por considerarlo algo no tangible ni cuantificable.
            Volviendo al contexto en que estamos inmersos, el cual dije que es poco favorable para el desarrollo de un hábito lectura, transmitir la magia de leer se hace indispensable. Por este motivo, es necesario que la lectura, este aspecto olvidado tanto en las familias como en las escuelas, tome el lugar que merece, para lo cual, ambos entes deben actuar como mediadores entre el libro y el estudiante.
La magia de la lectura es algo que debe transmitirse y no imponerse, y lo ideal es que la transmisión se produzca desde la infancia para que la interacción con los libros sea progresiva, y para que, desde pequeño, se comience a ser partícipe de estos nuevos mundos. Lamentablemente, la realidad dicta mucho de estos anhelos, las familias delegan este trabajo a las escuelas, y las escuelas, preocupadas por los números, no dan las instancias de diálogos entre el estudiante y el libro, y la conciben con un fin utilitario, sin lugar a conversaciones sobre el libro, a la elección de estos por parte del estudiante, y evaluando  aspectos de la teoría literaria y de la historia de la literatura, que muchas veces desplaza a la lectura del mismo libro, dejando de lado en el aula la educación sentimental y artística tan necesaria y olvidada.
Leer por placer se convierte en algo extraño, a la vez que una pérdida de tiempo, según algunos, quienes ligan esta práctica  a las mujeres, por el machismo imperante en la sociedad y por la idea de que la mujer, tiene un rol pasivo en la sociedad, y hace nada, por lo que le queda tiempo para leer.
Lo anterior provoca una exclusión de la vida cotidiana de la lectura, en particular, y del arte, en general, esto produce un sentimiento de extrañeza hacia quienes presentan afición por leer. Gozar de un buen libro y disfrutar con el arte, parece ser un  privilegio de unos pocos, muchas pueden ser las razones.
 En Chile, el impuesto al libro es alto, como consecuencia los libros son caros; las bibliotecas son lugares, por lo general, cerrados, y la enseñanza de la literatura en desmedro de la educación literaria, hace que se pierda el verdadero sentido de leer.
            Sobre la base de lo anterior, y para reivindicar el sentido verdadero que implica leer, cabe recalcar que ya sea la familia, ya sean las escuelas, deben actuar como mediadores, por ende, se debe compartir la posibilidad de los estudiantes de conocer estos nuevos mundos, y no ser imperantes a la hora de buscar crear el hábito lector. Es necesario reconocer que cada persona, al igual que un libro, es un mundo, por lo tanto hay que conocer y respetar las diversas disposiciones que tienen ante la lectura.
La escuela debe enseñar a pensar, no hacer que los educandos sean meros replicadores de conceptos. El estudiante debe tener un papel activo en su proceso de enseñanza- aprendizaje, por lo tanto, una forma de empoderarse de sus conocimientos, es leyendo, compartiendo sus experiencias de lectura, reflexionando, criticando e interiorizándose con lo que lee. Junto con lo anterior, es necesario implicar en estos procesos de lectura a la familia, para que esta no se sienta ajena a este nuevo mundo que experimentará el estudiante.
Invitar a leer a los que no leen, es invitarlos a sumergirse al mundo de la fantasía, una forma de llevarlos a cumplir, mediante las vivencias de otros, sus deseos y anhelos. Quienes habitamos en este mundo tan individualista, competitivo y muchas veces cruel, necesitamos escapar y el mejor refugio es un buen libro. Allí encontramos resueltos nuestros deseos y anhelos, allí vivimos una vida que no nos pertenece en su totalidad, pero que nos aporta a nuestra experiencia de mundo.
            Hay que reivindicar el papel del libro y la lectura, en un  mundo en el que la tecnología se ha vuelto la protagonista, donde prevalece lo rápido en una vida que presenta un ritmo agitado. Para esto, la necesidad de compartir, más que de imponer, se hace fundamental, por lo que hay que conocer los gustos de quienes deciden no leer, no con el fin de reprocharlos, sino de entenderlos e invitar a los no lectores a ser lectores.
Es sumamente necesario dar cabida a una educación artística, mediante una educación literaria, en que se rompa con la concepción formalista de la literatura, y se conciba como tal: una instancia para ampliar nuestro universo y dar sentido a nuestras vidas. Petit, nos invita a dejar de defender la utilidad de la lectura, pues la lectura tiene valor por sí misma.
 Lo anterior, es se traduce en una forma efectiva de abrir el camino hacia una cultura de la cooperación, en la que los estudiantes sean entes activos en la construcción de una sociedad crítica, justa e inclusiva, en la que la lectura juegue un rol protagónico gracias al proporción de diversas experiencias en la que podamos mirar la vida con los ojos de otros.


Bitácora de lectura:
Chambers, A. (2007) Dime. Los niños, la lectura y la conversación.  México: Fondo de Cultura Económica.

Dime: Un enfoque para la educación literaria.

La educación literaria es una necesidad incipiente en las aulas chilenas agotadas por un modelo de enseñanza centrado en “pasar materia” para generar un aprendizaje automático que se traduzca en un número, ya sea una buena calificación o un buen puntaje en las pruebas estandarizadas, dejando, de esta forma, un espacio muy reducido a la literatura.
La literatura en el sistema educativo chileno se ha instrumentalizado, lo que ha provocado que los estudiantes sientan disgusto por la lectura en general, y en particular, por la lectura de libros de carácter literario. Esto se debe, en mayor medida, a la lectura mensual y por encargo que se emplea en las salas de clases, que abandona el libro a la suerte de los lectores/estudiantes, olvidándolo por un mes, y retomándolo solamente para calificarlo.
Lo anterior se traduce, en términos de la Didáctica de la Literatura, a una enseñanza de la literatura en desmedro de una educación literaria, que es, como se verá más adelante, lo que propone Chambers, en su libro “Dime”, donde presenta un enfoque basado en una conversación literaria comunitaria, entre un profesor como facilitador y una comunidad de lectores/alumnos, en la que se comparten gustos, disgustos, desconciertos y patrones de conexión sobre determinados libros. En síntesis, donde se conversa sobre la literatura y se le da el espacio que se merece.
En este punto, se deja de lado la enseñanza de literatura tan común en el aula, y se posiciona el enfoque “Dime” como un ejemplo de cómo llevar a cabo la educación literaria, cuyo fin es formar lectores competentes que conciban la lectura literaria como una experiencia enriquecedora, en la que el lector se enfrenta a nuevos mundos y de a poco va familiarizándose con las particularidades discursivas de este tipo de texto. 
Por esta razón, se establecerán seis puntos de contraste entre enseñanza de la literatura y educación literaria, respectivamente, con el fin de analizar cómo el enfoque “Dime” se aleja de la enseñanza de la literatura y se posiciona ante la educación literaria.

1. Enseñanza tradicional centrada en la adquisición de conocimientos disciplinares v/s Nueva enseñanza centrada en la adquisición de habilidades y actitudes.

Como ya lo hemos dicho la enseñanza tradicional está centrada en la adquisición de conocimientos disciplinares, por lo que pone mayor énfasis en cuantificar la adquisición de conocimientos y no presta atención a la adquisición de habilidades y actitudes que derivan de una lectura crítica, interpretativa y, sobre todo, placentera.
Por esta razón, Aidan Chambers en esta era de la conversación, introduce este enfoque basado justamente en hablar sobre la literatura. Se deja de lado la lectura por encargo, y se conversa sobre el libro en clases. Sobrepone la experiencia del lector frente al libro ante cuestiones tan estructurales y formales como la historia de la literatura y la teoría literaria.
La conversación literaria comunitaria busca a partir de tres situaciones compartidas: compartir el entusiasmo, compartir los desconciertos y compartir las conexiones, y cuatro modos de habla: hablar para sí mismo, hablar a otros, hablar juntos y hablar sobre lo nuevo, desarrollar habilidades y actitudes que deben en los estudiantes para compartir una forma de contemplación de la literatura desde diferentes perspectivas que van enriqueciendo el punto de vista individual y ampliando la compresión del lector. 
El estudiante al hablar sobre el libro, verbaliza sus pensamientos y los concreta para construir en conjunto distintos significados que llevarán a una comprensión más exhaustiva del libro sobre la base de la experiencia propia y la experiencia de los otros.
Tales habilidades y actitudes  no se pueden desarrollar con la lectura por encargo que retoma el libro solamente para la prueba, es necesario destinar tiempo donde el libro se lee durante la clase (pese a las dificultades de que existan pocos ejemplares, para lo que se utiliza la lectura en voz alta), con el fin de entusiasmar a los estudiantes a seguir leyendo de manera autónoma para ver qué es lo que pasará, motivar la lectura autónoma y potenciar la relectura con el fin de generar una mejor comprensión.



2. Importancia y recepción de la información v/s Goce estético y crítica de la información.

En la enseñanza de la literatura prima la información, por lo que los estudiantes leen para luego replicar la información referida en el libro. Deben dar cuenta a través de preguntas de lo que comprendieron, muchas veces de manera literal y con pocas preguntas que den paso a la inferencia o a la valoración del libro. 
En contraposición “Dime” abre paso a la conversación, invita al estudiante a colaborar y manifiesta el deseo que tiene el profesor de que el estudiante le cuente sobre su experiencia lectora, mediante un diálogo es conversacional y no interrogatorio.   Por lo tanto la pregunta “¿Por qué?”, protagonista de todas las preguntas que buscan obtener información sobre el texto, es reemplazada por la pregunta “¿Cómo lo sabes?” por ser menos invasiva y alejarse de la connotación negativa de “¿Por qué?” que busca poner en aprietos a los estudiantes.
 Es así como de una forma más amigable se busca que el estudiante dé a conocer, como se mencionó anteriormente, sus gustos, disgustos, desconciertos y similitudes del texto, más que replicar la información allí obtenida, considerando partir de lo más obvio o explícito a lo más rebuscado o implícito, puesto que todo es, en palabras de Chambers, honorablemente comunicable.
Para esto, es importante señalar que el entendimiento no se obtiene de manera automática, por ende, todo lo que puedan decir los estudiantes sirve, puesto que como plantea el autor el entendimiento se va descubriendo, negociando y construyendo, porque abrir un espacio a la conversación es darle la posibilidad a los estudiantes de expresarse más allá de replicar la información. Esto último sucede porque muchas veces se subestima la capacidad de los educandos para expresarse, criticar y reflexionar, no obstante, lo que busca la educación literaria es establecer este espacio para la crítica de la mano de la guía del profesor, estableciendo que las personas tienen la capacidad de criticar de manera innata. 
Por medio de lo anterior, los estudiantes llegan a alcanzar el goce estético o un placer por la literatura ya que no la ven como algo ajeno a ellos debido a que, tal como dice Chambers, A. (2007): “explora[n] la literatura como su propia historia y la historia de la literatura se descubre en la historia de nuestras propias lecturas y las de otros”. Página 56.

3. Visión historicista y diacrónica v/s Visión dinámica y trascendente.

La visión historicista y diacrónica es la que predomina en el aula y lo que provoca que los estudiantes vean la literatura como algo totalmente ajeno a ellos, tedioso y hasta aburrido, ya que no los representa ni despierta su interés por el tratamiento que se le da a esta.
Por esta razón, el enfoque “Dime” surge como una alternativa rentable para despertar el interés de los educandos por leer, debido  a que establece una visión dinámica de la literatura, a la vez que trascendente, todo esto mediante la conversación literaria comunitaria.  Para este punto, volvemos a las tres situaciones compartidas, específicamente a la situación compartida tres: “Compartir las conexiones”.
En este punto se habla de la necesidad del ser humano en general de resolver las confusiones que le genera lo no conocido, por lo que siempre busca ciertos patrones conocidos que le ayuden a descifrar lo desconocido y resolver las confusiones para comprender. Estos patrones los puede dar el mismo libro, la experiencia de mundo que posea el lector u otros libros leídos anteriormente (se denominan patrones extratextuales, son muy importantes, por lo que se aconseja a los profesores realizar una lista con los libros que ha leído el estudiante).
4. Selección de textos por parte del profesor o por su importancia histórica y nacional v/s selección compartida.

En la enseñanza de la literatura esto está dado por el canon escolar o por la elección por parte del profesor, en ocasiones por la calidad o el interés que le suscita. Por lo general, la selección de libros no genera mayor trabajo, pues el Ministerio de Educación en Chile a través de los Programas de Estudio de cada nivel, entrega una lista de libros que se debiesen leer según el curso en que se encuentre cada estudiante.
No obstante, el enfoque “Dime” le otorga gran importancia a la selección de libros, y de la mano de la educación literaria, establece que la selección debe ser compartida. Pues como dicho enfoque se centra en la conversación literaria comunitaria, es necesario que los libros sobre los que se van a conversar sean del interés tanto del adulto facilitador - que, para efectos de educación literaria, se podría denominar profesor mediador – como, y por sobre todo, de la comunidad lectora – que, al igual que en el caso anterior, se denominarán estudiantes-, ya que la selección del libro, dice Chambers, contendrá las potencialidades de nuestra conversación.
La selección/elección compartida de libros se refiere principalmente a dos puntos: 1. Elección de la maestra, y 2. Elección de los estudiantes y posterior aprobación de la maestra. Como se logra apreciar, el educador es quien jugará un rol fundamental por lo que Chambers propone tres cuestiones generales que se debiesen considerar para la elección:
a) Tiempo: “Dime”, al proponer una conversación literaria comunitaria requiere de bastante tiempo, cuestión valiosa en el ámbito educativo. Se necesitan sesiones de a lo menos cuarenta minutos. Por lo que la elección del libro debe tener razones poderosas y se debe estar seguro de que repercutirá de buena forma en los estudiantes.
b) Contexto: La conversación literaria de “Dime” no es una actividad aislada, sino complementaria, por esto es necesario que el libro suscite conversaciones informales fuera del aula.
c) Gusto de los estudiantes: Si se escuchan los gustos de los estudiantes, el interés por la conversación literaria aumentará, tendrán una actitud positiva pues sus gustos serán considerados.
Bajo este prisma, el autor de “Dime” plantea que lo más importante de la selección es que esta sea honesta y comprensible para los estudiantes, y que exista un equilibrio entre la elección del profesor y la elección de los estudiantes.

5. Recepción y comprensión de la literatura v/s Valoración e interpretación de la literatura.

Como  ya se ha mencionado, la literatura se ha convertido en un instrumento de evaluación o más bien, de calificación, donde lo que predomina es la recepción y comprensión de la literatura en un nivel superficial, dejando de lado, uno de los aspectos más importantes que conducen a una comprensión profunda del libro, como lo es la valoración e interpretación, que a su vez constituyen una  actitud y una habilidad, respectivamente, necesarias que conllevarán a los estudiantes a tener una visión positiva frente a la lectura, ya que tendrán la capacidad de reflexionar sobre esta nueva realidad que se les presenta, relacionarla con su experiencia de vida y disfrutarla.
Para alcanzar la valoración e interpretación de la literatura ya hemos visto la necesidad de la conversación y una manera de llevar la conversación literaria comunitaria, más allá de cuestiones de teoría literaria, es utilizando tres tipos de preguntas que nos propone el autor: básicas, generales y especiales.
El primer tipo de preguntas, hace referencia netamente a la valoración del libro, si les gustó o no, ligado a los enigmas y conexiones presentes en el texto. El segundo tipo de preguntas, son aquellas que se refieren a las múltiples capas que posee un libro, está ligado a las diversas interpretaciones que ofrece el libro, para lo que se recurre a lo que ya vimos como patrones extratextuales de conexión, esto es, otros libros, con el fin de apoyar la comprensión de un libro a través de la comprensión previa de uno anterior. El tercer y último tipo de preguntas, apuntan a los detalles de cada libro, son aquellas preguntas específicas cuyas respuestas nacen de la conversación literaria donde quedan a la luz ciertos rasgos significativos del libro.
Es importante señalar, que este tipo de preguntas apuntan a la valoración e interpretación, ya que no dejan de lado la experiencia del lector, más bien la ponen en la palestra, pues el estudiante debe dar respuesta a ellas a partir de su relación con el libro. 

6. Literatura como un instrumento cuantificable v/s literatura como arte.

En este último punto, y mediante la lectura de los seis anteriores, ya ha quedado de manifiesto que en la educación literaria se concibe la literatura como un arte y no como un instrumento cuantificable, donde la conversación literaria comunitaria, de la mano del profesor mediador y los estudiantes lectores, cumplen un rol fundamental.
El enfoque “Dime” no instrumentaliza la literatura, la ve como un fin en sí misma y como una posibilidad para los educandos de tener una actitud positiva frente a la lectura que se logra  a partir del diagrama de Aidan Chambers “El círculo de la lectura”:





En conclusión, el enfoque “Dime” propuesto por Aidan Chambers, es un enfoque que se basa en la educación literaria y no en la enseñanza de literatura, por lo que su aplicación en las salas de clase chilenas para fomentar la compresión literaria derivada del placer que provoca leer libros se hace cada día más importante. Por lo tanto, la invitación a dejar la instrumentalización de la lectura queda abierta, para que la literatura deje de ser una obligación para los estudiantes impuesta por los profesores, quienes hacen leer a los estudiantes sin mayor justificación alguna, solamente por cumplir lo estipulado por el Ministerio de Educación.

martes, 4 de octubre de 2016

"Entonces, de repente, sobre el pozo negro del sueño donde ya caíamos deliciosamente, somos ese poste duro y ácido al que trepan jugando las mancuspias. Y es peor cerrando los ojos. Así se va el sueño, nadie duerme con los ojos abiertos, nos morimos de cansancio pero basta un leve abandono para sentir el vértigo que repta, un vaivén en el cráneo, como si la cabeza estuviera llena de cosas vivas que giran a su alrededor. Como mancuspias."
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 "Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

 Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."