Bitácora de lectura:
Chambers, A. (2007) Dime. Los niños, la lectura y la conversación. México: Fondo de Cultura Económica.
Dime: Un enfoque para la educación literaria.
La educación literaria es una necesidad incipiente en las aulas chilenas agotadas por un modelo de enseñanza centrado en “pasar materia” para generar un aprendizaje automático que se traduzca en un número, ya sea una buena calificación o un buen puntaje en las pruebas estandarizadas, dejando, de esta forma, un espacio muy reducido a la literatura.
La literatura en el sistema educativo chileno se ha instrumentalizado, lo que ha provocado que los estudiantes sientan disgusto por la lectura en general, y en particular, por la lectura de libros de carácter literario. Esto se debe, en mayor medida, a la lectura mensual y por encargo que se emplea en las salas de clases, que abandona el libro a la suerte de los lectores/estudiantes, olvidándolo por un mes, y retomándolo solamente para calificarlo.
Lo anterior se traduce, en términos de la Didáctica de la Literatura, a una enseñanza de la literatura en desmedro de una educación literaria, que es, como se verá más adelante, lo que propone Chambers, en su libro “Dime”, donde presenta un enfoque basado en una conversación literaria comunitaria, entre un profesor como facilitador y una comunidad de lectores/alumnos, en la que se comparten gustos, disgustos, desconciertos y patrones de conexión sobre determinados libros. En síntesis, donde se conversa sobre la literatura y se le da el espacio que se merece.
En este punto, se deja de lado la enseñanza de literatura tan común en el aula, y se posiciona el enfoque “Dime” como un ejemplo de cómo llevar a cabo la educación literaria, cuyo fin es formar lectores competentes que conciban la lectura literaria como una experiencia enriquecedora, en la que el lector se enfrenta a nuevos mundos y de a poco va familiarizándose con las particularidades discursivas de este tipo de texto.
Por esta razón, se establecerán seis puntos de contraste entre enseñanza de la literatura y educación literaria, respectivamente, con el fin de analizar cómo el enfoque “Dime” se aleja de la enseñanza de la literatura y se posiciona ante la educación literaria.
1. Enseñanza tradicional centrada en la adquisición de conocimientos disciplinares v/s Nueva enseñanza centrada en la adquisición de habilidades y actitudes.
Como ya lo hemos dicho la enseñanza tradicional está centrada en la adquisición de conocimientos disciplinares, por lo que pone mayor énfasis en cuantificar la adquisición de conocimientos y no presta atención a la adquisición de habilidades y actitudes que derivan de una lectura crítica, interpretativa y, sobre todo, placentera.
Por esta razón, Aidan Chambers en esta era de la conversación, introduce este enfoque basado justamente en hablar sobre la literatura. Se deja de lado la lectura por encargo, y se conversa sobre el libro en clases. Sobrepone la experiencia del lector frente al libro ante cuestiones tan estructurales y formales como la historia de la literatura y la teoría literaria.
La conversación literaria comunitaria busca a partir de tres situaciones compartidas: compartir el entusiasmo, compartir los desconciertos y compartir las conexiones, y cuatro modos de habla: hablar para sí mismo, hablar a otros, hablar juntos y hablar sobre lo nuevo, desarrollar habilidades y actitudes que deben en los estudiantes para compartir una forma de contemplación de la literatura desde diferentes perspectivas que van enriqueciendo el punto de vista individual y ampliando la compresión del lector.
El estudiante al hablar sobre el libro, verbaliza sus pensamientos y los concreta para construir en conjunto distintos significados que llevarán a una comprensión más exhaustiva del libro sobre la base de la experiencia propia y la experiencia de los otros.
Tales habilidades y actitudes no se pueden desarrollar con la lectura por encargo que retoma el libro solamente para la prueba, es necesario destinar tiempo donde el libro se lee durante la clase (pese a las dificultades de que existan pocos ejemplares, para lo que se utiliza la lectura en voz alta), con el fin de entusiasmar a los estudiantes a seguir leyendo de manera autónoma para ver qué es lo que pasará, motivar la lectura autónoma y potenciar la relectura con el fin de generar una mejor comprensión.
2. Importancia y recepción de la información v/s Goce estético y crítica de la información.
En la enseñanza de la literatura prima la información, por lo que los estudiantes leen para luego replicar la información referida en el libro. Deben dar cuenta a través de preguntas de lo que comprendieron, muchas veces de manera literal y con pocas preguntas que den paso a la inferencia o a la valoración del libro.
En contraposición “Dime” abre paso a la conversación, invita al estudiante a colaborar y manifiesta el deseo que tiene el profesor de que el estudiante le cuente sobre su experiencia lectora, mediante un diálogo es conversacional y no interrogatorio. Por lo tanto la pregunta “¿Por qué?”, protagonista de todas las preguntas que buscan obtener información sobre el texto, es reemplazada por la pregunta “¿Cómo lo sabes?” por ser menos invasiva y alejarse de la connotación negativa de “¿Por qué?” que busca poner en aprietos a los estudiantes.
Es así como de una forma más amigable se busca que el estudiante dé a conocer, como se mencionó anteriormente, sus gustos, disgustos, desconciertos y similitudes del texto, más que replicar la información allí obtenida, considerando partir de lo más obvio o explícito a lo más rebuscado o implícito, puesto que todo es, en palabras de Chambers, honorablemente comunicable.
Para esto, es importante señalar que el entendimiento no se obtiene de manera automática, por ende, todo lo que puedan decir los estudiantes sirve, puesto que como plantea el autor el entendimiento se va descubriendo, negociando y construyendo, porque abrir un espacio a la conversación es darle la posibilidad a los estudiantes de expresarse más allá de replicar la información. Esto último sucede porque muchas veces se subestima la capacidad de los educandos para expresarse, criticar y reflexionar, no obstante, lo que busca la educación literaria es establecer este espacio para la crítica de la mano de la guía del profesor, estableciendo que las personas tienen la capacidad de criticar de manera innata.
Por medio de lo anterior, los estudiantes llegan a alcanzar el goce estético o un placer por la literatura ya que no la ven como algo ajeno a ellos debido a que, tal como dice Chambers, A. (2007): “explora[n] la literatura como su propia historia y la historia de la literatura se descubre en la historia de nuestras propias lecturas y las de otros”. Página 56.
3. Visión historicista y diacrónica v/s Visión dinámica y trascendente.
La visión historicista y diacrónica es la que predomina en el aula y lo que provoca que los estudiantes vean la literatura como algo totalmente ajeno a ellos, tedioso y hasta aburrido, ya que no los representa ni despierta su interés por el tratamiento que se le da a esta.
Por esta razón, el enfoque “Dime” surge como una alternativa rentable para despertar el interés de los educandos por leer, debido a que establece una visión dinámica de la literatura, a la vez que trascendente, todo esto mediante la conversación literaria comunitaria. Para este punto, volvemos a las tres situaciones compartidas, específicamente a la situación compartida tres: “Compartir las conexiones”.
En este punto se habla de la necesidad del ser humano en general de resolver las confusiones que le genera lo no conocido, por lo que siempre busca ciertos patrones conocidos que le ayuden a descifrar lo desconocido y resolver las confusiones para comprender. Estos patrones los puede dar el mismo libro, la experiencia de mundo que posea el lector u otros libros leídos anteriormente (se denominan patrones extratextuales, son muy importantes, por lo que se aconseja a los profesores realizar una lista con los libros que ha leído el estudiante).
4. Selección de textos por parte del profesor o por su importancia histórica y nacional v/s selección compartida.
En la enseñanza de la literatura esto está dado por el canon escolar o por la elección por parte del profesor, en ocasiones por la calidad o el interés que le suscita. Por lo general, la selección de libros no genera mayor trabajo, pues el Ministerio de Educación en Chile a través de los Programas de Estudio de cada nivel, entrega una lista de libros que se debiesen leer según el curso en que se encuentre cada estudiante.
No obstante, el enfoque “Dime” le otorga gran importancia a la selección de libros, y de la mano de la educación literaria, establece que la selección debe ser compartida. Pues como dicho enfoque se centra en la conversación literaria comunitaria, es necesario que los libros sobre los que se van a conversar sean del interés tanto del adulto facilitador - que, para efectos de educación literaria, se podría denominar profesor mediador – como, y por sobre todo, de la comunidad lectora – que, al igual que en el caso anterior, se denominarán estudiantes-, ya que la selección del libro, dice Chambers, contendrá las potencialidades de nuestra conversación.
La selección/elección compartida de libros se refiere principalmente a dos puntos: 1. Elección de la maestra, y 2. Elección de los estudiantes y posterior aprobación de la maestra. Como se logra apreciar, el educador es quien jugará un rol fundamental por lo que Chambers propone tres cuestiones generales que se debiesen considerar para la elección:
a) Tiempo: “Dime”, al proponer una conversación literaria comunitaria requiere de bastante tiempo, cuestión valiosa en el ámbito educativo. Se necesitan sesiones de a lo menos cuarenta minutos. Por lo que la elección del libro debe tener razones poderosas y se debe estar seguro de que repercutirá de buena forma en los estudiantes.
b) Contexto: La conversación literaria de “Dime” no es una actividad aislada, sino complementaria, por esto es necesario que el libro suscite conversaciones informales fuera del aula.
c) Gusto de los estudiantes: Si se escuchan los gustos de los estudiantes, el interés por la conversación literaria aumentará, tendrán una actitud positiva pues sus gustos serán considerados.
Bajo este prisma, el autor de “Dime” plantea que lo más importante de la selección es que esta sea honesta y comprensible para los estudiantes, y que exista un equilibrio entre la elección del profesor y la elección de los estudiantes.
5. Recepción y comprensión de la literatura v/s Valoración e interpretación de la literatura.
Como ya se ha mencionado, la literatura se ha convertido en un instrumento de evaluación o más bien, de calificación, donde lo que predomina es la recepción y comprensión de la literatura en un nivel superficial, dejando de lado, uno de los aspectos más importantes que conducen a una comprensión profunda del libro, como lo es la valoración e interpretación, que a su vez constituyen una actitud y una habilidad, respectivamente, necesarias que conllevarán a los estudiantes a tener una visión positiva frente a la lectura, ya que tendrán la capacidad de reflexionar sobre esta nueva realidad que se les presenta, relacionarla con su experiencia de vida y disfrutarla.
Para alcanzar la valoración e interpretación de la literatura ya hemos visto la necesidad de la conversación y una manera de llevar la conversación literaria comunitaria, más allá de cuestiones de teoría literaria, es utilizando tres tipos de preguntas que nos propone el autor: básicas, generales y especiales.
El primer tipo de preguntas, hace referencia netamente a la valoración del libro, si les gustó o no, ligado a los enigmas y conexiones presentes en el texto. El segundo tipo de preguntas, son aquellas que se refieren a las múltiples capas que posee un libro, está ligado a las diversas interpretaciones que ofrece el libro, para lo que se recurre a lo que ya vimos como patrones extratextuales de conexión, esto es, otros libros, con el fin de apoyar la comprensión de un libro a través de la comprensión previa de uno anterior. El tercer y último tipo de preguntas, apuntan a los detalles de cada libro, son aquellas preguntas específicas cuyas respuestas nacen de la conversación literaria donde quedan a la luz ciertos rasgos significativos del libro.
Es importante señalar, que este tipo de preguntas apuntan a la valoración e interpretación, ya que no dejan de lado la experiencia del lector, más bien la ponen en la palestra, pues el estudiante debe dar respuesta a ellas a partir de su relación con el libro.
6. Literatura como un instrumento cuantificable v/s literatura como arte.
En este último punto, y mediante la lectura de los seis anteriores, ya ha quedado de manifiesto que en la educación literaria se concibe la literatura como un arte y no como un instrumento cuantificable, donde la conversación literaria comunitaria, de la mano del profesor mediador y los estudiantes lectores, cumplen un rol fundamental.
El enfoque “Dime” no instrumentaliza la literatura, la ve como un fin en sí misma y como una posibilidad para los educandos de tener una actitud positiva frente a la lectura que se logra a partir del diagrama de Aidan Chambers “El círculo de la lectura”:
En conclusión, el enfoque “Dime” propuesto por Aidan Chambers, es un enfoque que se basa en la educación literaria y no en la enseñanza de literatura, por lo que su aplicación en las salas de clase chilenas para fomentar la compresión literaria derivada del placer que provoca leer libros se hace cada día más importante. Por lo tanto, la invitación a dejar la instrumentalización de la lectura queda abierta, para que la literatura deje de ser una obligación para los estudiantes impuesta por los profesores, quienes hacen leer a los estudiantes sin mayor justificación alguna, solamente por cumplir lo estipulado por el Ministerio de Educación.
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